viernes, 4 de marzo de 2011

Juan Vázquez Toledo, nacido el 5 de marzo de 1930, es posiblemente el deportista linense que más logros ha conseguido en su trayectoria profesional, siempre ligada al mundo del fútbol. Pertenece a una familia de cuatro hermanos en la que todos fueron futbolistas de la Balona y alcanzaron la categoría nacional.


De los futbolistas linenses que han alcanzado la máxima categoría del fútbol español es el único que cuenta con una internacionalidad y peleó por un puesto en equipos integrados por grandes del fútbol mundial como Di Estefano, Kubala, Gento o Molowny, entre otros muchos.
En sus dieciséis años como futbolista, jugó once temporadas en Primera y cinco en Segunda, en las que pudo vestir los colores del equipo de su pueblo: la Real Balompédica Linense.

Desde que en 1949 la Balona le diera esa primera oportunidad hasta el año 1982, en el que decidió retirarse de los banquillos en el equipo de su pueblo ocurrieron incontables momentos inolvidables. Balona, Plus Ultra, Real Madrid, Las Palmas, Granada, Córdoba y Badalona completan su currículum como futbolista. Atlético Baleares, Iliturgi, Córdoba, Atlético Cordobés, Alcoyano, Cartagena, Olímpico de Játiva, Lérida, Melilla y Balona en varias etapas forman su trayectoria en los banquillos.
Su llegada a la Balona

Los primeros equipos aficionados en contar con Juanito Vázquez fueron el Intrépido, el Español y el Oviedo, de La Velada. Los tres eran equipos clásicos de La Línea. En aquel entonces, a finales de los años cuarenta, se confeccionó una selección que fue a jugar un amistoso en Gibraltar.

Después de estos recuerdos previos, aparece la Real Balompédica Linense, cuando ya se había hecho con sus servicios tras subir a Segunda División (49-50). Pero llegar a este momento no fue fácil para Vázquez, que realizó hasta dos pruebas para convencer al cuerpo técnico. “Fue una llegada muy complicada. Ya me habían probado dos años atrás, cuando la Balona aún no había subido, en un partido amistoso que hicieron un día festivo contra el Levante de Segunda División”, cuenta.

Vázquez trabajaba por entonces en la sastrería que actualmente es el Siglo XX. Como no se podía trabajar en festivo, el establecimiento estaba cerrado, por lo que la única salida posible se encontraba en una ventana que daba a una escalera. “Una compañera mía me dio un empujón y caí por la escalera. Llegué justo a tiempo para que me hicieran la prueba, pero al parecer no fue aceptable”. Aquella primera prueba fue posible gracias a un directivo, compañero suyo de profesión, Pepe Moreno, que estaba muy unido al presidente.

Más tarde, la Balona volvió a requerir del atacante para hacerle una nueva prueba en Gibraltar contra el Algeciras. Entonces, su hermano Vicente estaba haciendo el servicio militar en Algeciras y allí estaba realizando una campaña muy buena, pero la Balona se había interesado en él. “Vicente jugó en el Algeciras y yo en la Balona, a él le firmaron, y a mi tardaron algunas semanas más para decidirse”.

Como dato anecdótico, de aquella época hay una fotografía en la que Juan y Vicente están posando juntos, cada uno con la camiseta de su equipo, pero resulta que en la fotografía de grupo del Algeciras, sólo aparecen diez jugadores, ya que Vicente estaba en ese momento haciéndosela con su hermano.

Pasaron los días y Vázquez comenzó a hacerse a la idea de que esa oportunidad no iba a llegar, pero un día, caminando por la calle San Pablo, alguien le avisó de que le estaban buscando desde la Balona, que querían que fuera a la sede, que por entonces ya estaba en la calle del Sol. Juan salió corriendo y allí le esperaba en la puerta el presidente, Antonio Belizón, que le dijo que se apresurara para entrar. “Había dos directivos, uno era Conejito y el otro Juan Farré, vicepresidente que manejaba la Balona, porque a Belizón nunca le gustó la pantalla, siempre estuvo detrás de la mata. Me hicieron firmar todo lo que había sin saber lo que era y me dijeron que ya me avisarían para entrenar”.
Eran vísperas de Feria y a la salida del club, Belizón echó mano de su bolsillo y sacó un billete de 20 duros. “Con ese dinero me hice socio del Círculo Mercantil, que era un acontecimiento por aquel entonces, un mundo diferente”.

Con Cabo de entrenador, Juan Vázquez ya era un habitual en las sesiones de entrenamiento de la Balona, en la que ya estaba su hermano, que tenía un sitio en el once inicial. Cuando el equipo iba a recibir al Granada, que llegaba recién descendido de la Primera División, una lesión de Mesa abrió las puertas al atacante, que actuó de extremo por primera vez en su vida.
El equipo rojiblanco era el coco de la categoría y, para colmo, ante sí tenía a un lateral muy corpulento, pero demasiado lento. “No se si era una oportunidad que me dieron o que querían quitarme de en medio, pero lo cierto es que aquel día le formé el taco al defensa del Granada. Ganamos 1-0 y por lo que se ve mi partido fue un éxito”.

Cosas de la vida. Una grave lesión de menisco de su hermano Vicente le abrió un sitio en el ataque albinegro. Aquel año, durante la mayor parte de la temporada, la delantera de la Balona la integraron grandes futbolistas de la historia del club como fueron Mesa, Vázquez, Julián, Gallardo y Ayala. Cuatro de ellos acabaron jugando en Primera División.

Cuando el Real Madrid se fijó en Juan Vázquez

Continuaba la temporada 49-50, la del estreno de la Balona en la categoría de plata del fútbol español. A los albinegros les tocó viajar entonces hasta la capital de España para visitar al Plus Ultra, actual Real Madrid Castilla, filial del equipo blanco. Además, aquel encuentro se disputó en el estadio inaugurado dos años atrás de Chamartín, el Santiago Bernabeu.
El partido no se dio bien para los albinegros, que cayeron derrotados por 3-1. Tras la conclusión, Juan Vázquez saltó de nuevo al terreno de juego para recrearse y disfrutar de aquel escenario, que era un acontecimiento en aquella época. Cuando salió, se le acercó un señor al que describió con una gran nariz, muy colorada, y con un estilo muy madrileño de aquella época. Este individuo, sin identificarse, se dirigió al linense preguntándole si le gustaba aquello, y Vázquez le respondió que era algo “maravilloso”. Entonces, la segunda pregunta descolocó al jugador albinegro, aunque de primera mano no le echó mucha cuenta: “Te gustaría venir aquí?”. “No le hice mucho caso porque en aquella época se estilaba en los campos de fútbol la figura del ‘tontito de turno’ y pensé que ese era el de aquel sitio”.

En ese momento, el entonces jugador de la Balompédica Félix, un defensa central asturiano, un linense más de fuera, se dirigió a este hombre diciéndole: “Don Ángel, hola qué pasa?”. El futbolista linense, cuando se dio cuenta, se volvió hacia Félix y le preguntó si lo conocía, a lo que su compañero respondió que era don Ángel Rodríguez ‘el Feo’. “Era el único que contrataba futbolistas en el Real Madrid, el amo de España”. Entonces instó a Rodríguez a que repitiera la última pregunta delante de Félix. La incredulidad del linense era tal que insistió en saber si se refería al Plus Ultra, pero en realidad se estaba refiriendo al primer equipo, al Real Madrid. Félix explicó en ese momento la situación que había en la Real Balompédica Linense. Juan Vázquez era una persona que se entrenaba y trabajaba al mismo tiempo, no sabía el sueldo que tenía, ni el contrato que tenía firmado. “Me hizo una serie de preguntas sobre mi situación y no pude responder a ninguna, entonces me dijo que no hiciera nada y siguiera como estaba hasta que terminara la temporada, ya que él se encargaría porque me tocaba hacer el servicio militar al año siguiente”, relató.

Terminó la temporada y llegó el día en el que en Cádiz tocaba el nombramiento de los destinos para el servicio militar. A unos les nombraban para Ceuta, a otros para Sevilla, otros a Gerona y cuando dijeron: “Juan Vázquez, a Madrid”, todo el mundo quedó sorprendido.

El Real Madrid había arreglado el servicio militar, para que pudiera estar en la capital. Ante las dudas surgidas con relación a su contrato, le hicieron ficha y le firmaron como jugador del Plus Ultra, pero a él le llamó el Real Madrid, que fue el equipo que le hizo el contrato, pero que le cedió para jugar en Segunda División con el Plus Ultra.

Cuando llegó al filial blanco se llevó a su hermano Vicente, que ya estaba totalmente recuperado de su lesión, aunque luego volvió a La Línea para jugar durante cuatro temporadas más en la Balompédica.
Participación con la selección de Castilla en la temporada 52-53
Entre sus muchos éxitos deportivos, Vázquez tuvo la oportunidad de disputar un partido amistoso convocado con la selección de Castilla, cuando aún jugaba en el Plus Ultra perteneciendo al Real Madrid. Este partido se disputaba en Navidad y en aquella cita trajeron a un equipo sueco. “Me seleccionaron como jugador del Plus Ultra, con jugadores del Real Madrid y Atlético de Madrid que integraban la selección. Jugué en la segunda parte de interior derecha, ya que Luis Molowny me cedió el sitio. En aquella delantera jugaban también Pérez Payá, Peiró y Collar”, explicó.

Su paso por el primer equipo del Real Madrid (53-54)

El fútbol ha cambiado mucho en los últimos años, y como relata Juan Vázquez, no existían las mismas posibilidades que en la actualidad para dar ese salto y debutar en Primera División, y mucho menos jugar con cierta regularidad. En aquel entonces, el Real Madrid contaba con 18 delanteros, lo que hacía muy complicado el abrirse un hueco en la titularidad.

Según el ex futbolista linense, la primera de las delanteras que componían el Real Madrid la integraban Joseíto, Olsen, Di Stéfano, Molowny y Gento.

La segunda de las líneas de ataque disputaba lo que se conocía como partido de los jueves, para no complicarse la vida el entrenador, jugaban un partido entre semana con los equipos de Segunda División que pasaban, iba mucha gente y tenía mucho éxito. En estos partidos, además, el equipo premiaba con 500 pesetas a los jugadores por partido ganado y 100 por cada gol.


En esta segunda línea de ataque estaban Atienza, Vázquez, Pérez Payá, Rodríguez y Brito. Estos dos últimos llegaban de proclamarse campeones del mundo con Uruguay en Brasil. “Era dificilísimo poder jugar porque había sólo dos competiciones y una semana para recuperarse y no había cambios, sólo se permitía cambiar al portero y por lesión. Estos jugadores jugaron los mismos partidos que yo con el primer equipo”.

El jugador de cada línea que destacaba era el que viajaba con el primer equipo porque ser titular con aquellos monstruos era dificilísimo. El resto de delanteros con los que contaba el Real Madrid eran Espina, Sobrado, Marsal, Mateos, Cabrera y Mario Durán. “Ahora se puede jugar en Primera división porque si estás en el banquillo y sales un día has jugado. En aquel entonces, para salir para jugar tenías que desbancar a uno de esos jugadores, ya que sólo se podía cambiar al portero por lesión”, recordó.

Anécdota con el Real Madrid
Uno de los recuerdos que con más cariño guarda Juan Vázquez gira en torno a su primera foto en partido oficial con la elástica del Real Madrid. Quizás este hecho es un claro ejemplo del verdadero carácter del linense.

Se iba a disputar el encuentro entre el Real Madrid y el Coruña. “Cuando salté al terreno de juego de Chamartín por primera vez con aquellos monstruos como Gento, Molowny, Di Stéfano, Olsen o Miguel Muñoz, me impactó aquel campo tan grande y con tanta gente. Entonces se vinieron para mí una montaña de fotógrafos, cinco o seis, que para entonces eran muchos. En lugar de quedarme quieto me fui corriendo y uno de ellos llamó a Roque Olsen para que me cogiera para fotografiarme. Él me agarró del brazo y por eso en mi primera foto oficial con la camiseta del Real Madrid no salgo solo”, relató.

Salida del Real Madrid hacia Las Palmas
Vázquez estuvo una temporada en el Real Madrid. Quizás su salida del equipo blanco al de Las Palmas fue una de sus decisiones más desacertadas, el linense lo tenía todo lo que un futbolista entonces podía desear, y de hecho, algunos libros relatan que si se hubiera quedado un año más, tras la retirada de algunos compañeros, podría haber tenido un sitio en esa primera línea de ataque junto a Gento, Di Stefano y compañía.


“A mi nadie me dijo que sobraba en el Real Madrid, fue un compromiso con Luis Molovni, ya que las palmas acababa subido, vivíamos muy cerca el uno del otro, y empezó a buscarme y sabía que yo no era feliz en el Madrid. Lo era porque mi vida estaba resuelta, vivía como un rey, per cuando llegaba el viernes y veía la lista de los que tenían que viajar, era un hombre que me sentía muy solo y perdido. Ser feliz para mi era jugar”, recordó.

Aquel cambio supuso para el linense una especie de destierro deportivo. A pesar de tratarse de un equipo de Primera División, la repercusión mediática tanto en radio como en prensa en aquella entidad no era la misma y Las Palmas quedaba muy lejano. “Las temporadas que hice en Las Palmas las podía haber hecho por aquí cerca y la repercusión habría sido casi mayor”.

Vázquez explicó que tenía dos años más de contrato con el Real Madrid, pero no era del todo feliz. En aquel entonces, con sólo 24 años, había otros equipos que estaban muy interesados en sus servicios, pero el equipo blanco, con el que tenía dos años de contrato más, no le permitía firmar por esos equipos.

Entonces, no existían las cesiones ni las opciones de recompra como en la actualidad. “Tenías que optar por irte a Segunda División o aceptar un traspaso. No había otra opción. La decisión me costó cuatro años que estuve en Las Palmas, yo allí estuve muy bien, pero deportivamente creo que fue un estancamiento para mi proyección, y ese año pude haber estado en primera línea del Madrid por la retirada de diferentes compañeros”, explicó.

Ante esta situación, buscó las formas de salir de allí. Finalmente, consiguió que el equipo insular le concediera la carta de libertad, algo que no era nada fácil en aquella época. “Antes terminabas un contrato y no quedabas libre. Ese equipo podía renovarte sin preguntar, dándote un diez por ciento más de tu sueldo. No tenían que contar contigo. Pero pude salir y me fui para Granada, algo que supuso en mi carrera un cambio muy importante”, afirmó.


Etapa con el Granada e internacionalidad
Tras abandonar Las Palmas, en la temporada 58-59, Vázquez dio un giro a su carrera y volvió a su tierra, a Andalucía, con el Granada, también en Primera División. Aquel año fue quizás de los más importantes de la carrera deportiva del linense. Con el equipo granadinista logró un subcampeonato en la Copa del Rey, además de la internacionalidad, algo único en la historia de los deportistas linenses.


Sin duda, Granada ha significado mucho para Juan Vázquez desde sus comienzos. Ante el Granada fue el partido en el que tuvo la primera oportunidad con la Balona, que le sirvió para tener la continuidad necesaria que luego le hizo llegar al Real Madrid. Además, jugando en granada, tuvo una lesión muy grave, una inflamación pulmonar que le mantuvo un me sy medio ingresado en cama.

“Nadie daba un duro por mí, y mi gente luchó por a brazo partido. Mi madre, mi padre, toda mi gente y cuando salí lo hice con dos o tres kilos más de los que tenía”, recordó.

A partir de entonces, pudo desarrollar todo el potencial que llevaba dentro hasta aquel partido contra el Plus Ultra. Aquel año en Granada su rendimiento fue bastante bueno y dio la casualidad de que en esas fechas iba a disputarse un partido internacional. “Ahí puse mis cinco sentidos y dije que era mi gran oportunidad, no se me iba a escapar. Estaba cuajando una buena campaña y me seleccionaron”.
Aquel miércoles 12 de octubre de 1960 su padre, su padrino y su suegro estuvieron presentes en el estadio para vivir ese gran momento de la carretera deportiva de Juan Vázquez. “Lo pactado era que entraría en la segunda parte y como empezó y no se hacía el cambio, el público empezó a corear mi nombre. Mi padre, que estaba delicado del corazón lo pasó bastante mal hasta que finalmente salí”, explicó.

El linense recuerda que en aquella época se disputaban muy pocos partidos internacionales y en aquel equipo compartió ataque con Mateos, del Real Madrid; Pepillo, del Sevilla; y Camps del Español. Otro jugador importante que debutó aquel día fue Ruiz Sosa.

Alineaciones:
España.- Pesudo, Mestre, Bartola, Dauder, Ruiz Sosa, Rastre, Herrera (Vázquez), Mateos (Domínguez), Pepillo, Paredes y Camps.

Marruecos.- Lebied, Bettaehe (Jenani), Tibari, Filali, Hamid, Chicha I, Barza (Abdallal), Chicha II, Akesbi, Azhár y Medhi (Baba).

El diario La Vanguardia de aquel día recoge que fue una tarde calurosa y el estadio de Los Cármenes registró un lleno completo. El palco presidencial contó con la presencia del presidente de la Federación Española de Fútbol, La Fuente Chaos; y el de la marroquí, el doctor Buceta. El partido estuvo arbitrado por Clemente Enríquez.
El encuentro quedó 4-3 y en la primera media hora de juego ya había logrado los cuatro tantos con un despliegue de juego espectacular. “El primer gol fue conseguido a los quince minutos de juego en un avance de todo el ataque español, cediendo, Camps el balón a Mateos y éste, de tiro fuerte y cruzado, batió al meta marroquí. Dos minutos después, Pepillo remató de cabeza un centro lanzado por Camps y obtuvo el segundo. A los veinticuatro minutos, tiro fuerte de Pereda, que rechaza el poste, y Mateos, suavemente, impulsa la pelota a la red. A los veintinueve minutos es Mateos quien consigue el cuarto tanto para el bando español. En esta jugada Mateos quedó lesionado en el esfuerzo y tuvo que ser substituido por Domínguez. El equipo español, a partir de su cuarto gol, empieza a sestear, principalmente sus dos volantes, y en un contraataque del equipo marroquí, a los treinta y cinco minutos, el interior izquierdo, Azhar, consigue el primer gol, aprovechando la oportunidad de que Pesudo había salido en falso. A los treinta y nueve minutos Medhi consigue el segundo, también en salida desafortunada del portero español, y sin más variaciones en el marcador, con un cuatro a dos a favor de la selección española, se llega’ al descanso.

Al minuto treinta y cuatro el delantero centro marroquí, Akesbi, alcanza por velocidad una pelota y dispara a la meta de Pesudo, consiguiendo así el tercer tanto de los marroquíes”.

Últimos años como jugador (1960-1964)
Después de Granada, donde abandonó con 31 años, recibió ofertas para irse a jugar a Francia, al Toulousse, a través del representante Luis Guijarro. Juan no aceptó la oferta porque era la época de los atentados en Francia y decidió no aceptarla.



En ese intermedio, su compañero Roque Olsen era entrenador del Córdoba, por lo que tomó la decisión de firmar allí por tres temporadas. Hasta que el club le comunicó que no contaban con él. En ese período, Olsen fue su entrenador durante dos años.



Tras esto, había decidido retirarse, ya tenía el título de entrenador regional y quería retirarse en Primera División. Pero apareció el Badalona, que le hizo una oferta muy interesante y la aprovechó en Segunda División. Aquel año, disputó la promoción de permanencia en la categoría. El rival aquel día fue el Cartagena. En tierras murcianas, el resultado fue de 2-1 favorable a los locales, con gol de Juan Vázquez. En el partido de vuelta, el Badalona venció 3-0 y Vázquez fue el autor de dos de los tantos. Al término del encuentro, el público invadió el campo y cogieron a Juan a hombros.

Etapa como entrenador
Terminada su etapa como jugador, tras once años en Primera División y seis en Segunda, logrando un campeonato de Liga y un subcampeonato de Copa del Rey, además de la internacionalidad, Pepe Campos Jurado se empeñó en que tenía que jugar en La Línea, que tenía que retirarse en la Balona. A pesar de la negativa de Juan Vázquez, finalmente le firmaron.

De todas formas, en menos de diez partidos, una destitución del técnico, unido a que se había lesionado en la tercera jornada del tobillo, sirvió para que echaran mano del de casa, que ya estaba pagado y cogió el equipo.

La cosa marchó muy bien y el equipo acabó campeón del grupo. Casualidades de la vida, en aquella fase de ascenso les tocó jugar la eliminatoria contra el Plus Ultra. El partido de ida se disputó en La Línea, en un encuentro que acabó con empate a cero y la expulsión de Valerga por parte de la Balona. En Madrid, los albinegros hicieron un partido bastante bueno, pero el Plus Ultra logró un tanto y les eliminó. Con la temporada finalizada, Vázquez se marchó de la Balona para dirigir al Atlético Baleares.

Tras su paso por el equipo insular, Vázquez firmó por el córdoba como segundo entrenador, donde le mandaron a entrenar al Iliturgi, que era una entidad colaboradora del Córdoba, donde permaneció un año. Un año después, volvió al primer equipo, como segundo de a bordo de Kubala. Allí permaneció dos temporadas donde también entrenó al Atlético Cordobés, que era el filial directo.

Tras su paso por el Córdoba, Vázquez volvió a La Línea. Fue en el año 69, cuando fue inaugurado el Estadio Municipal. “Aquel año no se dio bien y no pude terminar la temporada”.

Entonces, Miguel Malbo, que pertenecía al organigrama del Real Madrid, le encontró acomodo en Alcoy, donde estuvo dos temporadas y, tras dirigir al Alcoyano, pasó por las filas del Cartagena. Su paso por tierras murcianas, donde coincidió con Gabriel Navarro ‘Baby’, que era jugador entonces, no fue demasiado certero. “Allí había gente que recordaba que estando en el Badalona eliminé al Cartagena, y me pasaron factura”. Vázquez recuerda que fue un sitio difícil por este motivo y por la visita de la Balona durante aquella temporada. El día que tenían que jugar hubo una inundación y se suspendió el partido hasta el martes siguiente. Tras el aplazamiento, el encuentro acabó con 1-0 favorable al equipo murciano, que además acabó el partido con un futbolista menos. Para justificar la derrota de la Balona, se llegó a hablar más de la inundación y el aplazamiento, insinuando que había sido provocada desde el mismo Cartagena. “No entiendo las dimensiones que tomó aquel asunto porque jugamos a las 48 horas, empezó el partido y nos expulsaron a un jugador, por lo que jugamos con diez y ganamos 1-0. No sabían como iban a justificarlo y usaron eso”.

Vázquez explica que lo que realmente pasó es que se trataba de una riada tan grande que al estar el campo en una hondonada con una carretera en lo alto, todo el agua cayó en el pozo aquel. “Aquello fue de fábula, las corrientes se llevaron todo lo que había en las casetas”.

Después volvió a la zona de Levante, donde le fue muy bien. Entrenó al Onteniente y al Olímpico de Játiva y tras dirigir al Lérida en Cataluña volvió al Alcoyano para entrenar otra vez en La Línea. El linense no quería enfrentarse más al equipo de su pueblo. No quería pertenecer a ningún equipo del mismo grupo de la Balona, siempre intentó evitar enfrentarse a ella, pero el Melilla le hizo una oferta que fue irrechazable.

Tras su paso por el Melilla, entrenó de nuevo en la Balona hasta 1982. “Ya estaba agotado y no tenía ilusión. Todo lo que venía era estancarse y estar siempre en el mismo sitio. He sido un hombre para el que la ilusión ha sido importante, es lo que me ha levantado, y en aquel momento la perdí, no podía ser uno más, y aquello suponía sólo ganar diner y estar en el mismo sitio, explicó. Entonces llegó una oferta muy interesante del instituto de Formación Profesional Virgen de la Esperanza, donde terminó como profesor de Educación Física.

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